¡Hola a todos!
Soy Judit y me complace compartir mi historia de vivir con mielofibrosis primaria hoy.
Tengo 21 años y estoy a punto de terminar mis estudios de Publicidad y Relaciones Públicas. Vivo en Girona, una hermosa ciudad de España conocida por sus paisajes medievales. Vivo con mi familia, quienes me apoyan mucho. Soy el menor de tres hermanos y me encanta viajar, leer y tomar clases de yoga y pilates.
La historia de mi diagnóstico es bastante interesante; fue una sorpresa ya que no había oído hablar de esta enfermedad. Todo comenzó cuando fui al médico para que me quitara una verruga de la mano y me hicieron unas pruebas de rutina.
Tenía 18 años y hacía mucho tiempo que no me hacía un chequeo médico. Así que cuando me dijeron que tenía mielofibrosis primaria. Una lluvia de preguntas apareció en mi cabeza. ¿Qué fue eso? ¿Cómo iba a afectar mi vida? ¿Qué tratamiento tuvo? ¿Qué pronóstico tenía?
Al principio, sentí mucho miedo e incertidumbre. Busqué información en línea, pero todo lo que encontré fueron datos negativos y alarmantes. Además, mi diagnóstico coincidió con la pandemia de COVID-19, lo que hizo las cosas aún más difíciles. No podía ver a mis amigos ni salir de casa. Me sentí solo y con problemas.
Poco a poco fui encontrando apoyo y esperanza. Gracias a la atención médica que recibí pude comprender mejor mi enfermedad y los avances en su investigación. Gracias a mi familia siempre pude sentirme querido y acompañado. Gracias a mi psicóloga pude expresar mis emociones y aprender a gestionarlas mejor. Y gracias a la Fundación Científica Global MPN, me conecté con otras personas con mielofibrosis primaria y compartí experiencias y consejos.
Vivo con mielofibrosis primaria, pero no vivo para ello. He aprendido a aceptar mi realidad y adaptarme a los cambios que implica. He descubierto que tengo una gran fuerza interior y que puedo superar los obstáculos que se me presenten. He valorado más las cosas esenciales de la vida y he disfrutado más cada momento. He continuado con mis proyectos personales y profesionales y he cumplido algunos de mis sueños.
Por eso quiero animaros a vosotros, que también padecéis mielofibrosis primaria o alguna otra NMP, a no rendiros ni dejaros vencer por el miedo o la tristeza. . Sé que no es fácil, pero tampoco es imposible. Mucha gente te ama y te ayuda. Muchas personas trabajan para mejorar su calidad de vida. Muchas personas te entienden y te acompañan. No estás solo ni sola. Juntos somos más fuertes.
Espero que les haya gustado mi primera publicación y que los haya inspirado o consolado. Si desea saber más sobre mí o mi enfermedad, puede seguirme en Fundación Científica Global MPN o en nuestro grupo de pacientes de Facebook. También puede dejar sus comentarios o preguntas a continuación. Estaré encantada de leerte y responderte.
¡Un fuerte abrazo!
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